Cuando te fuiste, cuando decidiste alejarte
sentí como lentamente algo iba desquebrajándose por dentro.
Sentir y padecer la angustia de no verte nuevamente
es sentir que la vida se apaga lentamente.
Morir y despertar a la vida
es sentir que nada tiene sentido ya.
Y entonces, sólo entonces, el recuerdo de dulces momentos
podrá, quizás, aliviar este sentimiento que me embarga y duele cada vez más...
AVP
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