Por: Paco Echeverría
Óclesis
Dentro del marco del Centenario del Colegio Humboldt, el pasado 13 de enero se llevó a cabo la conferencia “Hugo Leicht y su obra”, presentada por Ana Luisa Rojas Marín, ex-alumna de dicho colegio y coordinadora general de Movilidad e Intercambio Académico y Desarrollo de Nuevos Proyectos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Siendo la sede del evento el majestuoso Salón Barroco, en el edificio Carolino de la BUAP, Rojas Marín, basándose en cartas y artículos periodísticos publicados por su abuelo en 1952, Don Miguel Marín Hirschmann, dio a conocer algunos datos, desconocidos hasta ahora, sobre la persona de Hugo Leicht, aquel erudito alemán que escribiera el famoso libro “Las calles de Puebla”, libro que cuenta con dos ediciones y numerosas reimpresiones.
Hugo Leicht nació el 27 de agosto de 1881 en Hamburgo, Alemania, y murió el 15 de agosto de 1952, en el mismo sitio. Fue doctor en Letras, especializándose en pedagogía, botánica, filología, lenguas clásicas y modernas, dominando también el griego y el latín, además del francés, inglés y español. Conocía también no poco el árabe, el griego moderno y algo de turco. Y en los últimos años que estuvo en México ya traducía al castellano el náhuatl y comenzaba a estudiar el otomí. Su interés por otras lenguas y culturas estuvo muy presente durante toda su vida.
Al estallar la Primera Guerra Mundial Leicht estaba de vacaciones en las islas Canarias, y debido al conflicto bélico no pudo regresar a Alemania, así que partió hacia el continente americano. En Guatemala se desempeñó como director del Colegio Alemán de la colonia alemana de esa república, y de ahí, marchó a México en abril de 1918. Siempre se ha creído que Leicht fue invitado a nuestro país por el gobierno alemán, para hacerse cargo de la dirección del Colegio Alemán de la Ciudad de Puebla, sin embargo, en el Anuario del colegio correspondiente a los años 1918-1919 está indicado con puño y letra del mismo Leicht que el 16 de abril de 1918 la mesa directiva del colegio decidió emplearlo para impartir clases de francés.
Existen muy pocas fotografías de Leicht, una de ellas se encuentra en la página 125 de su libro “Las calles de Puebla”, donde aparece junto a un monolito que tiene el escudo de Don Melchor de Covarrubias; también hay un retrato hecho por el artista poblano Faustino Salazar que fue editado en la portada de la revista “Bohemia Poblana” de fecha de marzo de 1953, y un dibujo que apareció en una de las publicaciones de la revista “Boulevard” de abril-mayo de 1999. Existe también una fotografía de él con un grupo de profesores y estudiantes del Colegio Alemán de fecha aproximada de 1919.
Leicht fue entonces profesor y director del Colegio Alemán de Puebla, hoy Colegio Humboldt, de 1918 hasta 1922, impartiendo 31 horas a la semana las materias de inglés, francés, matemáticas, cálculo, geometría, física y geografía en los niveles cuarto o segundo de secundaria o tercero de secundaria. Después, el contexto lo llevó a tomar la dirección del plantel, donde se caracterizó por realizar diversas actividades culturales e impulsar que se ampliaran los estudios en el colegio a través de la introducción del sistema de preparatoria alemán, el “Gymnasium”, lo que logró en los últimos años de su período como director, recibiendo felicitaciones por su alto rendimiento por parte de los estudiantes.
Desafortunadamente Leicht tuvo una fuerte desavenencia con la Mesa Directiva del Colegio Alemán, a raíz de un problema que tuvo con el cajero del colegio, a quien había confiado los ahorros de su madre y personales para ser invertidos en la casa comercial de dicho cajero, pero la empresa se fue a quiebra, y además, le retuvieron su salario. Entonces, Leicht quedó de un día para otro, sin trabajo y sin ahorros. No obstante, familias poblanas apoyaron su labor, de hecho financiaron la investigación y publicación de su obra “Las calles de Puebla”.
Una vez concluida la redacción de su obra y en espera de que esta se publicara, se dedicó a realizar varias actividades académicas, colaborando con la Escuela de Antropología y Lenguas Indígenas del Museo Nacional. Se relacionó también con instituciones educativas y culturales del Estado de Puebla y de la Ciudad de México.
En la década de 1930 el gobernador del Estado de Puebla, Leonides Andreu Almazán, nombró a Leicht bibliotecario de la Biblioteca Palafoxiana, donde elaboró uno de los catálogos que por muchos años fue el único medio para conocer el contenido de dicha biblioteca. Fue director de la revista quincenal “Puebla” en la que escribió trabajos sobre la historia de la ciudad, entre ellos, el número fechado 10 de mayo de 1930, se publicó con motivo los festejos del IV Centenario de la fundación de Puebla para el 16 de abril de 1931. Leicht fue el principal promotor para conmemorar el aniversario de la ciudad.
Gracias a estas publicaciones, Leicht se dio a conocer en la Secretaría de Educación y en el Museo Nacional, también en la Academia Nacional de Ciencias “Antonio Alzate”, la cual lo recibió como miembro titular. Se desempeñó como miembro activo del Instituto de Geografía Nacional de Puebla y del Instituto Mexicano de Investigaciones Lingüísticas de México, fue miembro fundador de la sociedad de historia y conservación del patrimonio de la Ciudad de Puebla. Ya con la publicación de “Las calles de Puebla”, el nombre de Leicht llegó a oíos de la Legación Alemana en México, y en reconocimiento a su notable labor cultural dicha oficina le ofreció apoyo para que regresara a su país con todos los gastos pagados para desempeñar actividades pedagógicas. Leicht aceptó gustoso y partió de inmediato, pese a que sus amigos le advirtieron que no era conveniente ir a Alemania por los rumores de que estallaría un conflicto bélico en Europa.
A su llegada a Alemania, Leicht colaboró con el Instituto Germano-Hispanomexicano en Berlín, pero estalló la Segunda Guerra Mundial y perdió contacto con él durante siete años. Por artículos del periódico que escribió Marín Hirschmann con motivo de su fallecimiento se sabe que a finales de la guerra estuvo refugiado en Noruega, y al término de ésta regresó a Hamburgo donde pasó muchas penurias y dificultades.
Después de una muy mala racha su situación mejoró un poco ya que consiguió una pequeña habitación para él solo y se le pudieron enviar víveres. Se reintegró a la vida académica y obtuvo una pensión del gobierno alemán. En la postguerra se realizaron varias gestiones por parte de sus amigos poblanos para que pudiera regresar a México, inclusive, el secretario de gobernación de Puebla, Agustín Haro y Tamaríz consiguió un permiso. Sin embargo, las autoridades inglesas de la ocupación en Hamburgo no lo dejaron salir. A finales de 1951 nuevamente hay esperanzas de que regrese a México, ya se tenía incluso el vapor que lo iba a trasladar a América. Pero inesperadamente es hospitalizado para practicarle una operación de vejiga, situación que frustra nuevamente su regreso. En una de sus últimas cartas Leicht menciona que se siente desgraciado y débil, solo y abandonado. Salió del hospital, pero al parecer la operación a la que fue sometido no le sanó del todo y muere el 15 de agosto de 1952 en Hamburgo a los 71 años de edad. El Sr. Emilio Weith de la Comisión de Promoción Cultural y del Ayuntamiento, y sus benefactores, realizaron las gestiones necesarias para que se trasladaran sus restos a nuestro país en diciembre de 1965. El Cabildo aprueba la propuesta y sus restos llegan en 1966 para descansar junto con los de su madre en el Panteón francés de nuestra ciudad.
Publicado en Momento Diario, miércoles 26 de enero de 2011
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